La canción habla de Sevilla, pero lo cierto es que es Cádiz la ciudad andaluza que tiene un color especial. Incluso, un sabor especial. Como casi todas las urbes en las que las condiciones climáticas acompañan, en la Tacita de Plata se hace vida en la calle... y en los bares. La zona de tapeo por excelencia es el casco histórico, donde se encuentran la Catedral y el Ayuntamiento, y la calle Plocia es una de las vías más concurridas. Allí se encuentra El Aljibe Gaditano, un local de aire rústico con carta tradicional: tortillita de camarones, frituras variadas, gazpacho, choco en su tinta... No muy lejos de allí, camino a la playa de La Caleta, hay que detenerse (sí o sí) en El Faro de Cádiz (mítico establecimiento por cuya barra vuelan las croquetas de puchero, las puntillitas encebolladas, las gambas a la plancha o cocidas o las delicadas frituras de pijotas, cazón, acedías...) o Taberna Casa Manteca (fundada en 1953, primero como almacén y después convertido en bar, está de... Leer más