La basílica de Santa Maria del Pi, en Barcelona, una maravilla del gótico catalán, custodia mil tesoros. Uno de ellos es la marca del diablo que hubo hasta el siglo XIX en la escalera del campanario. Fijaos bien en la foto de arriba. ¿Veis ese añadido de cemento que pisa una mujer? Ahí estaba la señal del Maligno. La huella diabólica atraía a tantos curiosos que las autoridades eclesiásticas decidieron taparla con un parche.