El 7 de mayo de 1945, Alemania se rindió incondicionalmente a los aliados. Con el fin de la guerra en el continente europeo desaparecía también el vínculo que había mantenido unidos a soviéticos y angloamericanos. Sin un enemigo común, las desavenencias y diferencias ideológicas que habían permanecido ocultas bajo la bandera de la cooperación bélica fueron saliendo a la superficie. A este nuevo escenario se unió también un nuevo protagonista: Harry S. Truman.