Joven tímida es torturada día si, día también, por sus compañeras de instituto y acaba utilizando sus poderes sobrenaturales para vengarse de ellas. La adaptación que Brian De Palma hace de la novela de Stephen King consigue humanizar a esta terrorista creando una simpatía por ella que no existe en papel. Y es que, dejando a un lado el peligro del mensaje - que se presenta como resultado inevitable de lo ocurrido antes, te terminas alegrando de que a Carrie se le vaya tanto la pinza. Siendo esta una de las cosas más interesantes de Euphoria: cómo empatizamos con personajes que podrían llegar a ser detestables solo por sus actos. Después de Carrie, los bailes de fin de curso nunca volvieron a ser lo mismo.