Drogas, prostitución y David Bowie son los ingredientes principales que configuran este drama alemán. Al fin y al cabo, ese Berlín dividido por un muro solo es una excusa. Un buen ejemplo de que toda generación tiene un hecho histórico diferente para razonar su rebeldía, siendo en realidad el ansia de libertad lo que las une a todas. Desde María Antonieta a un cohete espacial del año 2092, da igual. El drama de la adolescencia es atemporal y este se basa en las confesiones de la auténtica Cristina F., aparecidas en la revista alemana Stern. "We can be heroes", proclama Bowie como un optimista grito de supervivencia, pues aunque su crudeza resulte alarmante por momentos, su legado ha sobrevivido de tal forma que hasta Raf Simons le dedicaba su colección otoño/invierno 2018.