El Barrio de Malá Strana es uno de los barrios más pintorescos de Praga y es conocido por sus calles empedradas y sus edificios históricos. En el barrio se pueden encontrar varios palacios y jardines, así como la Iglesia de San Nicolás y el Monasterio de Strahov. El barrio es también un lugar popular para disfrutar de la comida tradicional checa en sus numerosos restaurantes y cafeterías.