Una escapada romántica que te transportará a la Edad Media rápidamente dado que esta ciudad manchega ha sabido conservar los vestigios de aquella época. El castillo, la catedral y la plaza mayor forman un triángulo en torno al cuál pivotan un sinfín de calles empedradas donde lo mejor es perderse y dejarse llevar. Si de día crees que es bonita, disfruta de una noche por Sigüenza y terminarás de quedarte boquiabierto.