Presumen los lugareños de ser la parada obligatoria para los enamorados que recorren los Pueblos Blancos de Andalucía. A pesar de encontrarse a pocos kilómetros de la Costa del Sol el paisaje es completamente diferente: un casco antiguo dividido por el paso del Río Tajo, un Puente Nuevo de 100 metros de altura, y un trazado medieval con reminiscencias árabes que añadirá una dosis de romanticismo a tu viaje.