Casi en la frontera con Francia, esta pequeña localidad vasca es uno de los lugares que te enamorará según pongas un pie sobre ella. Atractivos no le faltan: su calles adoquinadas en un casco histórico medieval junto a un pueblo pequero y un castillo que data de la época de Carlos V. No puedes irte, como marca la tradición, sin tomarte unos pintxos y un txakolí en las tarbernas situadas junto al puerto.