La Roma antigua se ubicó en el continente europeo en la imponente península Itálica bañada por el Mar Mediterráneo, mar que fue protagonista y testigo del surgimiento de varias culturas antiguas y también contemporáneas. Al norte la península limita con la cadena montañosa de los Alpes, al sur se encuentra el Mar Jónico, al este con el Mar Adriático y al oeste con el mar Tirreno.