El “Terror Romanorum”. Tras la victoria sobre Cartago en el año 202 a. E.C, que marcó el fin de la segunda guerra púnica, había llegado para la República Romana el momento de la expansión máxima. Su objetivo fue Hispania, la antigua Iberia de los griegos. En el 197 a.E.C, los legionarios romanos entraron en Hispania por “Cartago Nova” (Cartagena), donde los veteranos comenzaron a recibir su merecido “premio”: territorios donde iban asentando con sus familias.