Este documental sigue la historia de Steven Avery, quien fue condenado por un crimen que no cometió y pasó 18 años en prisión antes de ser exonerado por pruebas de ADN. Sin embargo, poco después de su liberación, fue acusado de otro crimen y condenado nuevamente. La serie examina el sistema de justicia penal y plantea preguntas sobre la culpabilidad de Avery.