Pese a que Escuela de jóvenes asesinos ahora suele aparecer mencionada junto a Fuera de onda (1995), Chicas malas (2004) y Caramelo asesino (1999), la mezquindad sin remordimientos de esta comedia satírica pareció ser demasiado alienante para los espectadores cuando asaltó las pantallas por primera vez en 1989. Gracias al meteórico ascenso a la fama de la protagonista Winona Ryder en la década siguiente - recordemos Eduardo Manostijeras (1990), Mujercitas (1994) e Inocencia interrumpida (1999) -y un apetito creciente por los análisis más realistas (léase: cáusticos) de los ecosistemas del instituto, Escuela de jóvenes asesinos acabó en la cima de la cadena trófica de las películas adolescentes de culto. Las reinas de la maldad prolongarán su reinado con un musical, una adaptación televisiva, además de los rumores de una potencial secuela.