Aunque pueda no parecer una gran cantidad en la actualidad, el presupuesto de 2'7 millones de dólares de El mago de Oz no era poca cosa en 1939, en especial teniendo en cuenta que la financiación de la media de las películas de Metro-Goldwyn-Mayer estaba en torno al 1'5 millón de dólares. Al generar únicamente 3 millones de ganancias, esta película de culto tan querida por todos fue considerada un fracaso económico. Tampoco ayudaron las numerosas críticas corrosivas, como por ejemplo la de Russell Maloney para The New Yorker, en la que escribió: “Sentí vergüenza mientras veía la producción Technicolor de MGM de El mago de Oz, en la que no hay ni rastro de imaginación, buen gusto o ingenuidad" Este clásico tardó 10 años en convertirse en un éxito comercial e incluso más tiempo en obtener el favor de la crítica.