En la China Mandarina hay mucha luz (no tienes que irte a China, es el nombre de la cafetería), un árbol mandarino en su pared y una mesa alargada central para trabajar. Aquí se juntan desde lo que van a trabajar por la mañana en la gran mesa común que está dotada de múltiples regletas de enchufes para que el portátil no se quede sin batería, hasta los que se reúnen en las mesas redondas llenas de flores, los que vienen a cenar, a tomar copas, los que salen del teatro o las futuras exposiciones y montajes de microteatro que realizarán en la cava que tienen debajo.