A Pipo lo conocí en un local de ensayo hace más de 15 años. De aquellas él era músico de escena y ya me pareció que tocaba impresionante. Tiempo después decidió lanzarse con su proyecto personal y el resultado, después de muchos años de investigación, fue un estilo propio en el que todo suena redondo y sencillo. ¡¡Pero de sencillo no tiene nada!! Este es uno de esos casos donde el virtuosismo y la estética se juntan y nos permiten disfrutar de un espectáculo maravilloso. Cuando le oyes tocar, lo primero que piensas es: No puede ser que una sola persona esté tocando "todas esas guitarras" a la vez.