Conocí a José una noche en un tablao. Escuchar flamenco en directo siempre impresiona, pero en el caso de José fue distinto. Además del virtuosismo mínimo que requiere este estilo, José tiene una sensibilidad increíble y una capacidad impresionante para acelerar y frenar el sonido con una naturalidad que lo hace parecer fácil (y es francamente difícil). En un formato acústico y sin micrófonos donde parece que hay que tocar a todo el volumen que se pueda, nos presentó una forma de interpretar que jugaba mucho con la dinámica... Ahora toco fuerte, ahora relajo... Cómo guitarrista aficionado ya me gustaría transmitir una décima parte de lo que hace él.