Comience su primer día en Moscú visitando el Kremlin, la fortaleza histórica que alberga catedrales, palacios y museos. Después, diríjase a la Plaza Roja, el corazón de la ciudad, donde podrá admirar la Catedral de San Basilio y el Museo Estatal de Historia. No se pierda la oportunidad de probar la gastronomía local en alguno de los restaurantes cercanos.