Nacido en Valladolid en 1527, para gran regocijo de sus padres, Carlos I y la emperatriz Isabel de Portugal, Felipe II sería llamado el «rey prudente». Apodo que tenía mucho que ver con esa predilección por tomarse su tiempo en volcar sobre el papel todas sus reflexiones y medidas de gobierno. Moriría en una alcoba de su gran oficina, El Escorial, el 13 de septiembre de 1598.