El que llegaría a ser rey de España como Carlos I, y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, con el nombre de Carlos V, nació el año 1500 en Gante, hoy una de las ciudades más bonitas y vivas de Flandes. Vivió cincuenta y ocho años, cuarenta de los cuales fueron una mezcla apasionante de grandezas y miserias, o sea de poder. Terminó sus días en un refugio que fue preparando cuando los sinsabores del gobierno y de la vida empezaron a hacer mella en su ánimo imperial: el Monasterio de Yuste.