En su último día en Viena, tome una excursión a los alrededores de la ciudad. Visite el pintoresco pueblo de Grinzing, famoso por sus bodegas de vino y sus tabernas tradicionales. Luego, diríjase al Bosque de Viena para disfrutar de un paseo por la naturaleza y visitar el Palacio de Mayerling, donde tuvo lugar un trágico suceso en la historia de Austria. Por la tarde, regrese a Viena y disfrute de una cena en alguno de los restaurantes locales.