Si prefieres una opción más saludable pero no quieres renunciar a la masa tradicional, puedes utilizar harina integral en lugar de harina blanca. Mezcla en un bol 500 gramos de harina integral, 1 cucharada de sal, 1 cucharada de azúcar y 1 sobre de levadura seca. Agrega 300 ml de agua tibia y 2 cucharadas de aceite de oliva. Amasa hasta obtener una masa suave y deja reposar durante 1 hora. Luego, extiende la masa sobre una bandeja para pizza y añade salsa de tomate, queso mozzarella, gambas peladas y rúcula fresca. Hornea durante 15-20 minutos a 200 grados Celsius y disfruta de una pizza saludable y deliciosa.