El descubrimiento de las pinturas de Altamira en 1879, cuando la Prehistoria y el llamado hombre primitivo despertaban recelos en numerosos ámbitos culturales, desató una fuerte polémica. Una polémica digna de una novela. Los grandes expertos franceses sobre la Prehistoria apuntaron a un fraude, pues en esa época se pensaba que el hombre solo llevaba habitando la tierra según lo que apuntaban los relatos bíblicos, unos pocos milenios. Y cuando los científicos empezaron a echar cuentas, algo no cuadraba.