Su imagen impactante lo convierten en inolvidable para el que lo visita, y su filosofía culinaria (casi una política) ha ayudado a popularizar el término flexible. Podríamos decir muchas cosas más sobre ellos, pero para lo que aquí nos interesa, vamos a loar su azotea, convertida en una terraza con jardín espectacular. Se puede comer por unos 25 euros o tomar un hipervitaminado zumo por mucho menos.