Una palabra: carne. O mejor, tres: carne al peso. El restaurante del Hotel Alexandra, Solomillo, deja las cosas claras desde su nombre, Solomillo. Este corte es el rey de la casa, un concepto tan especializado que suena casi pecaminoso, del que ofrecen unas cuantas variedades que van de las muy conocidas (rubia gallega) a las que no lo son tanto (Salers). Si la idea es ya tentadora, la posibilidad de disfrutarla en el Patio, una terraza ajardinada tranquila y muy verde, donde también se sirven cócteles y las tablas de embutidos y quesos de La Charcutería del mismo hotel, la lleva a otra dimensión.