El patio interior del Hotel Brummell, en el corazón del Poble Sec, es un favorito de sus visitantes por motivos obvios: es pequeño, sencillo, hipster sin excentricidades, un lugar fotogénico que no te hace sentir incómodo y sirve uno de los mejores brunch de la zona. Se han propuesto que la gente del barrio no les vea como un enemigo y la cabeza de lanza de la parte más chunga de la gentrificación, y desde luego su alianza con sus vecinos del Palo Cortao es una buena señal. Tienen menú del día por 12,5 euros, una oferta cambiante con los toques andaluces que se esperan del Palo Cortao y un espíritu general que hay que aplaudir.