En lo que respecta a la sostenibilidad en alimentación, está habiendo una tendencia al desarrollo de productos líquidos convertidos en sólidos para reducir el uso de plásticos y las emisiones de CO2. Cápsulas de líquidos como las que propone la startup austriaca Waterdrop producidas con extracto de frutas y plantas naturales, sin azúcares añadidos y enriquecidas con vitaminas. Para obtener la bebida, basta con añadirle la cantidad necesaria de agua del grifo o filtrada. Con esta forma de comercializar las bebidas se ahorra un 98% del plástico que se emplearía para producirlas en formato líquido. El plástico de un tapón de una botella convencional equivale a 10 cubitos de esta. Los envases de Waterdrop, además, son reciclables. Una propuesta loca que gusta ya a un millón de consumidores de Europa y EEUU y con la que aspira a facturar a finales de este año 80 millones de euros.