Ubicado en el barrio de Malá Strana, este hotel boutique de 4 estrellas ofrece habitaciones elegantes y lujosas con vistas al Castillo de Praga y al río Moldava. El edificio histórico del siglo XVI ha sido renovado con un estilo moderno y cuenta con un restaurante que sirve cocina checa e internacional, así como una terraza con vistas panorámicas de la ciudad.