Es un plato tradicional gallego y básico en su gastronomía. Aunque su consumo se ha generalizado ya por toda España. Se trata de un plato festivo elaborado con pulpo cocido entero (tradicionalmente en ollas de cobre) que está presente en las fiestas, ferias y romerías de Galicia. De ahí su nombre «polo á feira» El plato es recurrente tanto como primer plato, como tapa o ración. Consiste en un pulpo limpio de sus vísceras y que es cocido entero con el objetivo de ablandar su carne. Hay quien prefieren congelarlo o golpearlo contra una superficie para el mismo objetivo. Por regla general, la cocción del pulpo se hace tres veces, es decir, se introduce en agua hirviendo durante escasos segundos y se saca, así tres veces. A esta técnica se le denomina «asustar» y ayuda a que el pulpo conserve su piel una vez ya cocido.