Baler era una pequeña población de 1.700 habitantes en la costa oriental de Luzón, a unos 230 kilómetros de Manila. A finales de 1897, la zona fue escenario de una violenta escaramuza entre las tropas españolas y los rebeldes tagalos. Tuvo que intervenir una fuerza de 400 hombres para restablecer el control español y pacificar el territorio. Vuelta la calma, las columnas de socorro se retiraron al tiempo que se enviaba desde Manila un nuevo destacamento de 50 soldados. A finales de abril de 1898, iniciada la guerra hispano-estadounidense, las partidas rebeldes estaban de nuevo activas en la región. Baler quedó incomunicada por tierra, por lo que no llegó la noticia de la destrucción de la flota española en Cavite ni del cerco de Manila. La guarnición temía que en cualquier momento los rebeldes lanzaran un ataque a gran escala. Cuando el 27 de junio la población amaneció desierta, los españoles se apresuraron a convertir la iglesia en un fortín capaz de resistir un asedio en t... Leer más