Las legiones formaban disciplinadamente en la llanura de Zama. Tras años combatiendo, habían llevado la guerra a las puertas de Cartago. Frente a las tropas romanas se desplegaba el ejército púnico, comandado por el mismísimo Aníbal Barca, el hombre que, durante más de una década, había asolado Italia, consiguiendo victorias tan importantes como la de la batalla de Cannas. Ahora los romanos también tenían entre sus filas a un genio militar a la altura de Aníbal: Publio Cornelio Escipión, que pasaría a la historia…