Las dos cascadas más icónicas del sur de Islandia seguramente sean estas. Seljalandsfoss es famosa porque permite a los viajeros pasar por detrás de la columna de agua, y Gljúfrabúi o “la cascada escondida”, se precipita dentro de una cueva y está a escasos metros de su hermana, creando una vista espectacular de como las fuerzas de la naturaleza islandesas se abren paso a través de la roca.