El 29 de marzo de 1974, un equipo de trabajadores que cavaba un pozo cerca de la ciudad china de Xian se topó con un hallazgo singular, un guerrero de terracota de tamaño natural. Posteriores excavaciones desenterraron uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de la historia. En tres grandes fosas junto a la tumba de Qin Shi Huang, el primer emperador de la China unificada, yacía un tesoro que había permanecido oculto al mundo durante casi 2.200 años: todo un ejército de terracota con más de 8.000 soldados…