La caída del costo de las energías renovables y la creciente presión pública para que se actúe sobre el clima también están transformando las actitudes en los negocios. Existen sólidas razones económicas para ello. ¿Por qué invertir en nuevos pozos de petróleo o centrales eléctricas de carbón que se volverán obsoletas antes de que puedan amortizarse a lo largo de sus 20 o 30 años de vida? De hecho, ¿por qué tener en sus carteras riesgos asociados al carbono? La lógica ya se está desarrollando en los mercados. Solo este año, el vertiginoso precio de las acciones de Tesla la ha convertido en la empresa automotriz más valiosa del mundo. Mientras tanto, el precio de las acciones de Exxon, que llegó a ser la compañía más valiosa del mundo, cayó tanto que fue expulsada del Promedio Industrial Dow Jones de las principales corporaciones estadounidenses. Al mismo tiempo, existe un impulso creciente para lograr que las empresas incorporen el riesgo climático en su toma de decision... Leer más