En noviembre de 2021, los líderes mundiales se reunieron en Glasgow, Escocia, para trabajar en el sucesor del histórico Acuerdo de París de 2015. París fue importante porque fue la primera vez que prácticamente todas las naciones del mundo se unieron para acordar que todas necesitaban ayudar a abordar el cambio climático. El problema fue que los compromisos asumidos por los países para reducir las emisiones de carbono en ese entonces no alcanzaron los objetivos establecidos por la conferencia. En París, el mundo acordó que para fines de siglo el aumento de la temperatura global no estaría por encima de 2°C respecto a los niveles preindustriales. El objetivo era limitar el aumento a 1,5 °C, si era posible.