Si «El Tamborilero» es uno de los villancicos más queridos, «Noche de Paz» puede presumir de ser uno de los más bonitos y cálidos. Son muchas las leyendas que han circulado alrededor de esta canción, cuya historia verdadera no se conoció halta que Gruber envió -36 años después de que fuera interpretada por primera vez en la Misa del Gallo celebrada, en 1818, en la iglesia de San Nicolás del pequeño pueblo pesquero de Austria- una carta a Berlín con la historia fidedigna del origen de «Still nacht» («Noche de paz»), donde se incluían unas breves biografías... cuando Mohr, pobre, ya había muerto. El sacerdote Joseph Mohr escribió en 1818 una poesía y se la llevó a su amigo músico, Franz Gruber, para que le pusiera una sencilla melodía. En apenas unas horas de la tarde del 23 de diciembre, y con la ayuda de una guitarra, el villancico quedó terminado y adaptado para dos voces y coro. A partir de ahí comenzo su difusión internacional.