Si prefieres una versión más crujiente del Pato Pekín, esta receta es para ti. En lugar de cocinar el pato al horno, se fríe en aceite caliente hasta que la piel esté dorada y crujiente. El resultado es un pato con una textura increíblemente crujiente por fuera y jugosa por dentro. ¡Una opción perfecta para los amantes de la comida frita!