𝕌𝕟 𝕡𝕠𝕝𝕧𝕠 𝕤𝕖𝕧𝕚𝕝𝕝𝕒𝕟𝕠

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¡Echar un polvo! A ver, mal pensados, quién ha sido el que ha asumido lo que creo. No obstante, os debo excusar porque esta expresión es una de las más comunes al referirse al «acto sexual», utilizándose cada vez con más frecuencia a partir del siglo XVIII para el apasionado encuentro de un caballero con su amante. Pero no proviene de aquí su verdadero origen, sino de un siglo antes. El verdadero polvo no era otro que el polvo de tabaco consumido en reuniones y fiestas y que era aspirado vía nasal. Como que…