Pasar una noche en el recinto de la Alhambra y despertar entre los jardines más románticos de la ciudad oyendo el murmullo de sus fuentes es un placer que brinda el antiguo convento que los Reyes Católicos mandaron construir sobre un palacio nazari, que luego se convirtió en residencia de pintores. Todo en él es de ensueño, desde sus interiores decorados con obras de arte y mobiliario antiguo al claustro o el restaurante, con magníficas vistas sobre el Generalife y que se disfrutan mientras se saborean platos andaluces. El lugar más embriagador para el San Valentín más inolvidable.