Este zabaglione es una opción rica en proteínas y fibra para aquellos que buscan un postre más nutritivo. Se prepara con claras de huevo, azúcar moreno, vino blanco y una mezcla de frutos secos como nueces, almendras y avellanas. El resultado es un postre cremoso y lleno de sabor, perfecto para disfrutar después de una cena especial o como snack entre comidas.