El zabaglione de vino blanco es una variante del clásico que se prepara con vino blanco seco y ralladura de limón. Se mezcla con las yemas de huevo y el azúcar, y se bate al baño maría hasta que la mezcla se vuelva espumosa y suave. Se sirve caliente o frío, y se puede acompañar con frutas frescas o galletas de vainilla.