Esta sopa es una mezcla de mejillones frescos, cebolla, ajo, tomate, pimiento rojo, vino blanco y caldo de pescado. Se cocina a fuego lento para que los sabores se mezclen y se sirve con pan crujiente. Es una receta clásica de la cocina portuguesa y es perfecta para una cena elegante o una comida reconfortante en un día frío con un toque mediterráneo.