Esta sopa es una mezcla de mejillones frescos, cebolla, ajo, jengibre, comino, cilantro, tomate y caldo de pescado. Se cocina a fuego lento para que los sabores se mezclen y se sirve con pan crujiente. Es una receta clásica de la cocina marroquí y es perfecta para una cena elegante o una comida reconfortante en un día frío con un toque exótico.