Esta variante de los callos a la romana incluye garbanzos y arroz en el guiso, lo que le da una textura más suave y cremosa. Además de los ingredientes tradicionales, se añaden garbanzos cocidos, arroz y un poco de azafrán para darle un toque de color y sabor. Es un plato muy completo y perfecto para una comida de fin de semana.