No me extraña que de una obra de teatro ganadora del premio Pulitzer diese como resultado una película tan brillante como esta de John Patrick Shanley. Claro que si tienes en tu reparto a Philip Seymour Hoffman, Viola Davis, Amy Adams y Meryl Streep... ¿Qué puede salir mal? Es 1964, estamos en el Bronx y la directora de un colegio católico lleva su cruzada contra el nuevo cura, un tipo muy disruptor con las normas de la institución, hasta las últimas consecuencias, afirmando sin pruebas que el hombre está abusando del primer niño afroamericano admitido como alumno. Streep lo clava como la estirada Aloysius Beauvier: sus expresiones gélidas, su rectitud impenetrable.