Preparad los kleenex, porque esta es una de las películas más bonitas, románticas y emotivas de Meryl Streep. También una de las que más recuerda el gran público de ella. Y no podemos culparles: tanto ella como Clint Eastwood están para comérselos. La actriz interpreta a una ama de casa que recuerda lo que era vivir y sentir gracias a una breve aventura con un fotógrafo. Pero, ¿podrá dejarlo todo por él o seguirá encerrada en la infelicidad de su vida doméstica? Es una de esas películas de amor que tienes que ver al menos una vez en la vida.