La actriz ganó su segundo Oscar a Mejor Actriz gracias a esta desgarradora película de Alan J. Pakula, en la que interpreta a una mujer polaca que vive atormentada por su pasado en el campo de exterminio de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Los demonios que la acechan se reflejan en el rostro pálido de la actriz, que se adueña de esa fragilidad de una manera increíble. ¡Qué intensidad! ¡Y cuántas lágrimas nos hace derramar! Desde luego, es una de las mejores películas sobre el Holocausto.