Para obtener una focaccia suave y esponjosa, es importante amasar bien la masa y dejarla reposar en un lugar cálido y sin corrientes de aire. También es importante no agregar demasiada harina durante el amasado, ya que esto puede hacer que la masa quede dura y seca. Por último, asegúrate de no agregar demasiado aceite de oliva antes de hornear la focaccia, ya que esto puede hacer que la masa quede grasosa y pesada.