Otra variante de los callos a la romana es la que incluye patatas en la receta. Se cortan las patatas en rodajas y se añaden a la cocción junto con los demás ingredientes. Las patatas absorben el sabor de los callos y se convierten en un acompañamiento perfecto para este plato. Se puede servir caliente o frío, según la preferencia de cada comensal.