Si prefieres un sabor más suave, las rosquillas de vainilla son ideales. La masa lleva esencia de vainilla y se fríe hasta obtener un dorado perfecto. Puedes espolvorearlas con azúcar glasé o bañarlas en un glaseado de vainilla para realzar su sabor. Estas rosquillas son tan deliciosas que te enamorarán desde el primer momento.